Nunca digas siempre | Jennifer L. Armentrout
Ambos comparten un terrible pasado, que los llevó a forjar un vínculo indestructible. O eso creían ellos. Porque sus caminos se separaron abruptamente hace cuatro años.
Mallory y Rider llevan todo ese tiempo tratando de superar las terribles experiencias vividas en un hogar de acogida. Intentando construir un futuro. Tratando de olvidar. Pero ahora, justo cuando creían estar dejando el pasado atrás, Mallory y Rider acaban de reencontrarse en el instituto y descubren que el intenso vínculo de infancia sigue ahí… al igual que la heridas. Enfrentados a la fuerza de sus sentimientos, Mallory y Rider deben decidir si seguir aferrados a las mismas armas que les ayudaron en el pasado o arriesgarse a construir algo nuevo en un futuro incierto.
Un relato luminoso sobre una joven valiente que lucha por expresar su verdad desde un refugio de silencio . Quédate a escuchar la voz de Mallory. No te arrepentirás.!
¡Hola! ¿Cómo estan? Yo estoy algo estresada de la universidad porque ya estamos en la etapa final y eso quiere decir que durante estas semanas estuve y estaré full de entregas de trabajos finales, pero trataré de seguir actualizando todas las semanas con las reseñas pendientes que tengo.
Sobre esta reseña, nunca había leído antes a Jennifer L. Armentrout, una popular autora que mucha gente me han recomendado durante mucho tiempo. Sentí que era hora de estrenarme con ella y por eso decidí empezar con este libro que tengo gracias a Spanish Publishers, una empresa distribuidora que a través de su plataforma, venden libros de distintas editoriales.
Mallory y Rider no tuvieron una infancia feliz. Durante muchos años, vivieron juntos en un abusivo hogar de acogida, un hogar totalmente disfuncional donde no comían lo suficiente y vivían con temor de que los golpearan. Por eso, el mecanismo de la supervivencia que Rider le enseñó a Mallory era quedar lo más callada posible y sin hacer ningún tipo de ruido. Eso creó un trauma que le afecta su diario vivir, temiéndole a los ruidos y a la socialización.
Literalmente, Rider se convirtió en el ángel protector de Mallory y juró mantenerla a salvo de las garras de la “familia” y sus amigos borrachos que la miraban con ojos lascivos. Eso fue así hasta que un día, ocurrió una tragedia para ambos (especialmente para Mallory) y ambos fueron separados, sin la oportunidad de volverse a ver.
Después de ese incidente, Mallory terminó siendo adoptada por dos médicos que pudieron costearle toda la ayuda que ella necesitaba para seguir adelante. En los últimos cuatro años, fue criada con amor, tomó muchas terapias psicológicas para ayudarla a superar la experiencia traumática y debido a su temor de hablar en público y socializar, fue educada en un Homeschooling (Educación en casa). Pese a ello, ha sentido un vacío en su interior porque durante estos años ha extrañado inmensamente a Rider y nunca ha dejado de preguntarse que ha sido de él. Siempre le preguntaba por el a sus padres adoptivos, pero nunca obtenía respuesta.
Después de decidir dejar el Homeschooling para ir a un instituto y tratar de superar su fobia, durante su última clase de Expresión oral, sorpresivamente se encuentra con Rider. Con un emotivo encuentro, estos dos chicos aprenderán cuan distintos son ahora. Especialmente, Mallory se dará cuenta que a ella le tocará salvarlo a el de sus tendencias autodestructivas.
En cuanto a Rider, su vida no ha tenido la misma suerte que Mallory. Después de aquel suceso, estuvo desesperado por encontrarla y saber que como se encontraba. Estuvo en dos casas de acogidas más y terminó en los malos pasos. Aunque está consciente de lo hizo y cuando vuelve a ver a su Ratón (como tiernamente le llamaba), se llenó de tanta emoción que hacía cosas que no debía por pasar tiempo con ella (como hacer faltar a clases para estar con Mallory en sus ratos libres). Esa actitud de “cuan miserable es su vida que no vale la pena intentar nada por mejorar” le preocupa a Mallory y por tal razón decide ayudarlo.
Antes que nada, a pesar de que este libro contiene muchos clichés tales como el del chico malo con la chica buena y tímida (algo que siempre he criticado ya que muchos autores no saben combinar los clichés en la historia, haciendo que quede muy forzado), debo admitir que Armentrout sí lo supo desarrollar muy bien y logró que fluyera porque detrás de los personajes, hay un trasfondo profundo. Es decir, hay razones muy valiosas que explica porque son como son, con situaciones duras y sobretodo realistas.
Sin embargo, no siento que fue así con los personajes secundarios porque solamente giraban alrededor de los protagonistas. Además de ser muy predecibles, tampoco me parecieron tan creíble que digamos, solo estuvieron ahí convenientemente por estar y así poder continuar con la historia.
Hablando de predictibilidad, el final también peca de ello. Es decir, ya sabemos lo que pasa cuando te juntas con malas compañías en las calles y muy pocos logran salir ilesos. Pese a ello, me dio mucha penita con un personaje que me agradó bastante y la verdad no se merecía lo que pasó, pero como dicen: Todo acto trae sus consecuencias.
Otra cosa que no me gustó (y razón principal por la que le di cuatro sobre cinco estrellas) es que han escrito la nacionalidad de Puerto Rico como “portorriqueño” cuando claramente es “puertorriqueño” y no fue un error accidental ya que esta palabra se repite constantemente. Además, hubo oraciones que ponían la palabra cuando ni siquiera debería estar: Un ejemplo es: “Habló
En resumen, Nunca digas siempre es un libro que abarca un tema real como lo es el abandono y maltrato infantil con sus efectos a largo plazo. Ademas, Jennifer L. Armentrout demostró que los clichés no son malos si tiene un buen desarrollo en la historia.
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